Desde hace unas semanas estoy viendo cada vez a más gente con estas pulseras… no voy a escribir sobre lo que milagrosamente logran, sino sobre porque digo que no lo hacen y cómo puede ser que hayan triunfado tanto sin haber ni un sólo estudio que respalde su efecto y siendo algo tan fácilmente catalogable de timo.
Lo que este timo hace, es mejorar tu equilibrio (¿equilibrio de qué, espiritual? ¿o hay alguien va tropezando y volcando sobre si mismo cada vez que se pone de pies?) evitar dolores de cabeza, reducir estrés y entre otras muchas cosas (cara de póquer incoming), aumentar el núcleo de fuerza y energía del cuerpo.
Lo que te venden es una pulsera de silicona con un holograma, así de sencillo.
La verdad es que no sé cual es el precio de fabricación de esta pulsera, pero puedo pensar que como mucho (insisto en el mucho) debe costar unos 0,50€ frente al precio para la masa que es de unos 30€.
Lo que la gente ve es que es algo que todo mundo dice que funciona de verdad, que los famosos la utilizan y no tiene un precio exagerado, o mas bien, no nos viene de 30€ asi que ¿por qué no probarlo?. Si en lugar de valer eso costaran 2€ la gente pensaría que es una chorrada, que es imposible que por ese precio sea algo a tener en cuenta, pero al ser algo que «pica» un poco, aunque sea poco, ya hay que darle importancia. De esa manera, cuanto más grave es el timo, más éxito tiene.
El hecho de ser una pulsera hace que la veas constantemente, que pienses en ella y en lo que el boca a boca te ha dicho que hace. Pero en realidad eso sólo hace que potenciar el efecto placebo, que sí es algo real y por tanto, todo lo que la pulsera arregle, es mental y podría solucionarse tomando pastillas de azúcar o simplemente siendo conscientes de que esos problemas y achaques son reales, pero no fisicos, y que una piedra en el zapato nos haría el mismo beneficio que la pulsera de 30€.
En la tienda online oficial de la pulsera, hay un falso testimonio que dice: «mi madre con artrosis en una pierna ha dejado de usar muletas, ya que no cojea ni un 5% de lo que lo hacía antes«. Así que deberían andarse con ojo las farmacéuticas que promuevan enfermedades en sí o el miedo a ellas, porque estas pulseras les van a destrozar el negocio.
Lo curioso es que todo esto no es algo que estuviera por descubrir, es algo que todo el mundo sabe pero que por algún motivo quiere omitir, como si necesitaran la ilusión de creer que hay algo capaz de curar sus males y desconocer el método. Pero no, es un trozo de silicona y lo que espero que os resulte irritante: habéis pagado mucho por él.